martes, 2 de marzo de 2010

Perdónenme

Perdónenme
la falta de talento,
la simplicidad en el verso
y en el alma.

Perdónenme
la cobardía, los sueños,
y todas las aspiraciones
que guardo en un cajón
lleno de nada.

Perdónenme
el haber querido ganar siempre,
el no saber encajar una derrota,
la soberbia que derrocho
y el miedo que me aflige.

Perdónenme
por haberme equivocado tanto,
y por haber acertado algunas tristes veces.

Perdónenme
por haberme creído libre,
más de lo que jamás lo fue ninguno.

Perdónenme
por haberme perdido en un mundo
que no existe, en una vida que no existe,
en un hombre que no existe.

Perdónenme
por haber querido ser alguien
y resultar no ser nada, ni nadie,
ni siquiera yo mismo.

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