sábado, 27 de marzo de 2010

Milán

Nuevas tapas, viejos tacones
para realzar aún más sus piernas quebradizas.
Se contoneaba por una pasarela de sueños,
despertó en un burdel, cansada, desnuda
y sola.

Se rompió, como vidrio de aquella mesita
con restos de polvo blanco.
Ni las oscuras lentes de sus gafas de diseño,
ni el maquillaje de marca -obsequios
de algún sucio vendedor de quimeras-
camuflan ya las negras ojeras
que de flashes y lágrimas lleva tatuadas.

Nuevas tapas, viejos tacones
para una ciudad donde el éxito
y el fracaso
se cruzan desfilando
en mitad de una delgada pasarela.

Cada horizonte

Cada horizonte que atravieso
deja algo más en mí
que una huella en el seso.
Una puerta se abre
y un nuevo olor se viene a los pulmones;
una nueva luz contrae las pupilas;
una confusa cantinela de nuevos sonidos
invade los oídos; el cerebro respira...

Cada horizonte que atravieso
es una nueva ciudad, un murmullo diverso,
una tez que da otro tono más a la gama
de mis experiencias, un tacto desconocido,
un universo cromático de iris inexplorados.

Cada horizonte que atravieso
roba un ladrillo al tiempo
y edifica la memoria.
Cada horizonte que atravieso
no me cambia: me construye.

martes, 2 de marzo de 2010

Verso

En un verso caben tantas pasiones
como adioses en una despedida.
Cada verso es un pedazo de mí que muere.
Y así, verso a verso, voy muriendo...

Tiempo

No es el tiempo que pasa:
es la flor que se marchita.

No es la llama que se extingue:
es la vela que se consume.

No es el amor que muere:
somos nosotros que nos desvanecemos.

Hoy me acerqué a tus costas

Hoy me acerqué a tus costas
y vi mil barcos encallados en tus ojos.
Me senté en la proa a contemplar tu ocaso.
Icé las velas y partí con la noche
para no volver nunca.
Las aguas más azules
son traicioneras.
Los mares más bellos
se tragan a los hombres.

Me has robado los sueños

Me has robado los sueños,
esos que receloso guardaba junto al pecho,
dejando en su lugar una tirita y agua oxigenada.
¿Acaso sabes tú cómo curar las noches moribundas?

Me has quitado los sueños,
¿Y cómo lleno ahora esta casa, tan vacía,
tan llena de espejos y fantasmas?

Me has dejado alicatando el baño
con afiladas lágrimas de cerámica azul,
pintando las paredes con los dedos,
echando serrín al suelo
para secar los charcos que han creado
las goteras de tu desprecio.

Me has robado los sueños
y ahora me toca amueblar
de crudas realidades esta casa,
reconstruirme el alma
desde los cimientos.

Me has robado los sueños,
y no sé si debo odiarte,
o agradecértelo.

Perdónenme

Perdónenme
la falta de talento,
la simplicidad en el verso
y en el alma.

Perdónenme
la cobardía, los sueños,
y todas las aspiraciones
que guardo en un cajón
lleno de nada.

Perdónenme
el haber querido ganar siempre,
el no saber encajar una derrota,
la soberbia que derrocho
y el miedo que me aflige.

Perdónenme
por haberme equivocado tanto,
y por haber acertado algunas tristes veces.

Perdónenme
por haberme creído libre,
más de lo que jamás lo fue ninguno.

Perdónenme
por haberme perdido en un mundo
que no existe, en una vida que no existe,
en un hombre que no existe.

Perdónenme
por haber querido ser alguien
y resultar no ser nada, ni nadie,
ni siquiera yo mismo.