jueves, 11 de noviembre de 2010

La noche sobre los castillos de arena

Qué rápido cae la noche sobre los castillos de arena.
Con qué ferocidad nos detonamos desde dentro
y nos desmoronamos grano a grano, pieza a pieza,
saltando por los aires y diseminándonos por la tierra.
Sobre nuestros despojos, en la negra ausencia,
oscilan inmóviles las estrellas titilando,
ciegas vigías de este pobre espectáculo
de arena, y agua, y vísceras, y sombras.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Reencuentro

Han pasado ya casi dos meses. Abro un cuaderno aparentemente en blanco confiando en encontrar alguna anotación que me reenganche al tiempo que se fue y que inexplicablemente ha vuelto disfrazado de trenes, autopistas y rostros conocidos.

Al fin la encuentro. Sabía que aquel yo nunca hubiese dejado un cuaderno vacío; sería faltar a una promesa que se hizo a sí mismo y que lo mantenía en pie aunque su pequeño mundo se viniera abajo cada vez que la realidad le atizaba en la cara.

"Olas que rompen contra sí mismas, como una inmensa duda de agua y viento". No recuerdo el cuándo ni el dónde de aquella nota, ni siquiera la reconozco como mía, o suya, o de ese yo anterior a que el huevo se resquebrajara y lo que soy ahora asomara la cabeza. Quizás entonces ya sabía del cataclismo por venir, ya intuía la caída, la vuelta de tuerca; quizás era más sabio de lo que creía. Quizás en el fondo conocía el resultado de mi búsqueda futura y temía que llegara este momento: el retorno de un ulises destronado y condenado al exilio que entre sus manos sólo trae recuerdos de un viaje, y entre sus labios el vacío que queda después de haber saboreado una gloria tan efímera como el tacto de una prostituta.

Parece que aquel yo hubiese escrito ese verso para que este lo encontrara hoy, en un tren con destino incierto, en el inicio de otro viaje inevitable. Parece que ya hubiera previsto este brusco reencuentro donde pasado y presente son olas que rompen contra sí mismas, como una inmensa duda de agua y viento.

martes, 13 de julio de 2010

¡Viva España!

A pesar de la situación dantesca por la que atraviesa nuestro país, entre crisis, escándalos y nacionalistas intensos e infatigables, hoy España es feliz. Es el poder del fútbol, ya lo dije. Dentro de unas semanas todo volverá a ser como antes: los desempleados seguirán buscando, los pobres seguirán hambrientos y los políticos seguirán con su cinismo habitual. Incluso los chicos de la selección volverán a sus clubes, entrenarán a diario y nos distraerán durante noventa minutos cada fin de semana. Aún así, nos regalaron un momento que la memoria colectiva mantendrá vivo para la eternidad. No sólo por la victoria, sino por la manera de conseguirla, porque estos chicos son un grupo verdaderamente admirable. Después de recibir la estopa que repartieron los tulipanes, a Iker todavía le quedaba amor para sellar el triunfo con un beso memorable. Del Bosque y sus chicos son buena, pero que muy buena gente. Los deportistas españoles actuales son mucho más que campeones: son ejemplos a seguir. Chapó para 'la roja'. ¡Viva España!

domingo, 11 de julio de 2010

A por ellos

Y como esperaba llegamos a la final. Hoy es el día. Como ya dije en mi último artículo, si se ganaba a Portugal en octavos, España no volvería antes del 11 de julio. Para saber eso no hacen falta ocho patas como el famoso pulpo Paul... Basta con dos ojos para ver cómo juega a la pelotita 'la furia roja'. Ya no la llamo 'la roja', ni 'terciopelo rojo' como mis queridos amigos de facebook (por cierto, un saludo). Han vuelto a ser la furia, un equipo que muerde en todas sus líneas, que no se cansa de atacar, de tirar a puerta, de buscar soluciones. Es un equipo hecho de calidad pero también de sangre, de pundonor y de pasión.
Gracias por regalarnos esta final. Esta noche, haced lo que mejor sabéis hacer: DESTROZAD A LOS TULIPANES. ¡PODEMOS!

martes, 29 de junio de 2010

La hora de la verdad

Durante toda la noche he estado viendo fantasmas paseando por la casa. Algunos vestidos con la zamarra española, otros de árbitro, otros de franceses o italianos y alguno disfrazado de cuarto de final (bastante original este, por cierto). Las eliminatorias mundialistas me ponen de los nervios. No tanto por lo emocionante del partido como por la idea de volver a sentir ese pellizco en el estómago que generan las grandes decepciones. Es algo parecido a la desazón que queda cuando te dan calabazas después de haberte hecho ilusiones con la chica guapa del barrio. Sólo que en ese caso, a la tercera o cuarta negativa, uno pierde la esperanza, mientras que con 'la roja' cada cuatro años vuelve la ilusión, y con ella el más que probable revés.
Esta noche es la noche. Los indicios no son positivos, pero hemos visto jugar a este equipo como los ángeles tantas veces en los últimos años, y a eso me aferro. España puede y debe volver a ser ella misma. Salir al campo con respeto pero sin miedo, sabiéndose superiores (que lo son) y convencidos de que su fútbol es sinónimo de victoria, se llame el rival como se llame. Contra Portugal es un partido a todo o nada. Estoy firmemente convencido que si España pasa de ronda nada ni nadie podrá detener a los nuestros. 
Esta noche no sólo vamos a ganar porque somos mejores, vamos a ganar porque lo merecemos. Porque durante los últimos años estos chicos han agrandado y adornado el concepto de "equipo", y han elevado el fútbol a la categoría de Arte. La oportunidad está ahí. Si España se corona en este mundial, se le hará un huequito en los museos de historia, entre 'la naranja mecánica' y la Brasil del '70. Si no ganamos, a muchos nos costará coger el sueño, y mañana será un día triste y gris. Todo lo que pasó antes se esfumará y tocará comenzar de nuevo. 
Esta noche salid al campo como españoles, y después de los noventa minutos, marchaos como héroes. Yo os dedicaré un sentido ¡Viva España! desde mi balcón, que se oiga bien por la callada Turín: ¡Viva España!

domingo, 27 de junio de 2010

Un Mundial raro, raro, raro.

El Mundial de Sudáfrica parece empeñado en ir en contra de todas las estadísticas. Es la primera vez que el anfitrión no pasa de primera ronda, y también la primera vez que no lo hacen los dos finalistas del anterior campeonato, y la ocasión en la que menos selecciones europeas han pasado a los octavos (sólo 6 de 16 equipos...). ¿Casualidad o algo más?

Si os soy sincero, este es para mí, de lejos, el peor mundial que he visto. Fútbol feo, feísimo, imprecisiones, cantadas, autogoles, defensas de cinco (y seis, y siete, y diez)... Los que tienen que divertir aburren (véase la Brasil de Dunga o la España del "tiki-taka"), y los partidos más emocionantes los firman equipos como Japón o Uruguay. Este Mundial no sólo es malo, es también la evidencia de que el fútbol ya fue arrastrado por la inercia de la globalización (y por el esfuerzo de clubes como el Man.Utd. o el Madrid). EE.UU. pasó primera de grupo. Aunque se quedasen en octavos, los yankees empiezan a saber de esto. Igual las asiáticas. Dos en octavos, Corea del Sur (ya eliminada) y una Japón que enamora. De dibujo animado hasta ahora el fútbol de los nipones. 

Algo está cambiando, eso es seguro. Por fortuna para los apostantes, las favoritas están todas: Brasil, España, Argentina, Holanda, Inglaterra y Alemania (una de las cuales hoy dirá 'goodbye'). Esperemos que a partir de aquí se cumpla la lógica, y veamos algún partido decente entre las grandes de la historia. Eso sí, a España le doy permiso para ganar jugando mal y todo. Tiene pinta que si hay un campeonato que pueda ganar una que no lo hizo nunca, es este. Quizá recordemos este Sudáfrica 2010 como el peor Mundial de la historia, o quien sabe, como el Mundial que por fin ganó España. ¡Vamos a por Portugal! ¡Podemos!

viernes, 25 de junio de 2010

El Mundial de los cracks. Un resumen de lo visto hasta hoy.

CUMPLEN:

1. Messi: El del Barcelona parece haber encontrado su sitio en la albiceleste. Será muy difícil parar a argentina si continúa a este nivel.
2. C. Ronaldo: Los grandes jugadores son aquellos que hacen jugar al equipo, aunque no toquen bola. CR7 ha dado un salto de madurez en lo visto hasta ahora. Ante los férreos marcajes, trabaja sin balón y genera espacios para sus compañeros. 
3. Higuaín: Su trabajo siempre es bueno, pero si caen los goles, mejor. Contra Corea de Sur se lució con un hat-trick.
4. Forlán: Soberbio trabajo del charrúa para meter a Uruguay en octavos como primera de grupo. A su nivel de casi siempre.
5. Márquez: Enorme trabajo táctico, un entrenador en el campo. La piedra angular de los de Aguirre. Como siempre, versátil. Un crack.
6. Villa: Mejor acompañado que solo. Quizá no está a su mejor nivel, y aún así es la pólvora de 'la roja'. Esperemos que 'el guaje' siga adelante...

NO DAN LA TALLA:

1. Kaká: Ni de lejos el jugador que era. En la línea de lo que ha sido una temporada decepcionante. 
2. Ribery: En consonancia con el equipo galo. Lamentable.
3. Cannavaro: Líder de la que es seguramente la peor defensa de la historia de 'la azzurra'. Triste final de carrera para el napolitano.
4. Rooney: Hasta ahora, inédito. Corre sin orden ni concierto, recibe balón lejos de donde hace daño y se desespera constantemente. Veamos qué hace a partir de octavos.
5. Eto'o: Muy pobre el papel de Camerún en el Mundial. Como el resto de sus compañeros, no estuvo a la altura.
6. Di María: Se espera mucho de la perla del Benfica, y sin embargo hasta ahora más que discreto. 

LA REVELACIÓN

1. Ozil: Sublime el alemán en tres cuartos de campo. Está por todas partes, ordena, asiste y llega a puerta. Por ponerle un pero, fallón en el mano a mano. Apunta muy alto el chico del Werder Bremen.
2. Honda: Técnicamente sublime. Me da que este verano le van a salir algunas novias al del CSKA, aunque su individualismo y su carácter quizá lo alejen de la élite.
3. Hamsik: Nada nuevo para los que siguen el campeonato italiano. Temporada mágica del eslovaco, que ha metido al Nápoles en Champions. Hábil, potente, disciplinado y con mucho gol. Para mí, uno de los centrocampistas con mayor proyección.
4. Sánchez: Gran mundial hasta ahora del chileno del Udinese, que desborda y asiste, pero sin embargo no ve puerta. Esperemos que esta tarde contra España se le apaguen las luces...
5. Coentrao: Parece que el lateral zurdo del Benfica dio el salto de calidad después de su desastroso paso por el Zaragoza. Sube y baja como una moto. Veamos hoy si mantiene el nivel contra Brasil.
6. Birsa: Tiene clase el joven esloveno del Auxerre. Técnica, buen desplazamiento de balón y pegada. 

miércoles, 23 de junio de 2010

Ya no quedan hombres como Piqué

Queridos amigos, en estos días me he dado cuenta de que si alguna vez el fútbol tuvo algo de sensibilidad, hoy por hoy la ha perdido. Sólo hay que ver a nuestro mayúsculo defensa central Gerard Piqué. Un tío sensible donde los haya, delicado, amable, casi femenino (en el mejor de los sentidos). Un tío que motiva a sus compañeros desde el cariño y la comprensión, cosa que cabe valorar en este mundillo de machitos que airean su exceso de testosterona voceando, increpando y dando, y dando, y dando... Tanto han dado, que a Piqué le tocó recibir, y recibir, y recibir. Vaya si recibe Piqué. En dos partidos nos lo han dejado hecho un cromo (¿de qué pensábais que hablaba?): puntos en la frente en la desafortunada jugada del gol suizo en el primer partido, y contra Honduras balonazo en sus partes y posterior patada en la boca y más puntos en el labio. Con el cutis tan cuidado que tiene el chico. Y el bueno de Gerard ni se queja, pone cara de machote ibérico y aguanta como un campeón. Está claro que en este mundo de hombres no hay sitio para un tipo como Piqué. Y encima, guapo. Ojalá hubiese más defensas centrales como tú. Te queremos Gerard Piqué.

martes, 22 de junio de 2010

Del Bosque y los errores de siempre

España cumplió ante Honduras: el juego de siempre, con un poco más de velocidad con respecto al partido frente a Suiza, pero con un resultado muy corto para lo que fue la contienda. No tengo ninguna duda de que esta selección puede jugar mejor, mucho mejor. Ayer Vicente Del Bosque enmendó algunos errores, pero no todos. Era evidente que España gana con dos puntas: Villa encuentra más espacios y puede caer a izquierda, desde donde es mucho más peligroso en sus arrancadas. Pero para ello necesita otro referente que fije la defensa contraria. Si éste es Torres, un jugador de movilidad y amplio recorrido, pero nada en forma de cara al gol, la decisión de jugar sin un enganche que asista a ambos me resulta incomprensible. Ayer seguía sobrando Busquets, y faltaba Silva o Fábregas. O quizá los dos, si tenemos en cuenta que Jesús Navas jugó ayer en el Sevilla, y no en la selección. El chico hizo el partido que sabe: abrir el campo, desborde y centro. Y lo único que encontró dentro del área fue la tímida cabeza de Xavi que no alcanza a tocar un balón perfecto. La visión de Llorente atacando esa pelota casi me saca una lagrimita de rabia.

Vicente no sabe a lo que juega. España tiene recursos con los que casi ninguna otra cuenta. Puede hacer su famoso tiki-taka (el de verdad, no el de estos días), con Alonso, Xavi, Iniesta, Silva, Torres y Villa, con las variantes de Cesc y Pedro. Esa es la España que da miedo. Si el partido se pone tosco y por el centro nos colocan la muralla china (como casi siempre), Jesusito a una banda, Silva o Pedro cayendo a otra, Villa jugando por donde quiera y "el rey león" Llorente a pescar dentro del área. Un 4-4-2 clásico, con dos extremos y un punta de verdad, no "el niño". Pero una cosa o la otra, Vicente, no me mezcles. Deja el doble pivote con Busquets o Javi Martínez acompañando a Xabi para cuando las circunstancias lo requieran y haya que defender un marcador. Entonces vale lo de tocar hasta aburrir, como contra Suiza. Pero habiendo marcado antes, Vicente, que aquí el empate ya no vale. Nunca mais.

Lo de fallar goles me preocupa, pero todavía no demasiado. A Villa se le puede perdonar que tire fuera un penalty después de meter dos chicharros y con el partido sentenciado. Lo de Torres tiene poco perdón, pero habrá que darle un voto de confianza al héroe de Viena. Desde mi humilde punto de vista, Silva y Fábregas (13 y 25 con goles respectivamente en esta temporada) tienen mucho que decir en todo esto. Y sin duda Llorente, un jugador sublime en el aspecto táctico además de un auténtico depredador del área. 

Me consuela que Chile juega divinamente pero también tira con pólvora mojada. Me da que la próxima "final" la decidirán más los errores que los aciertos. Esperemos que Del Bosque haga una lectura táctica decente esta vez, aunque ya saben muy bien los madridistas que ese nunca fue su punto fuerte. Nunca pensé que diría esto, pero echo de menos la tozudez de Luis. Al menos él siempre tenía claro lo que quería. Por favor, Vicente, ciérrale la boca al viejo que nos está poniendo a parir antes de tiempo. Y como siempre que habla Luis, ni son formas ni es momento.

lunes, 21 de junio de 2010

Carta del Su Majestad el Rey a los jugadores de ‘la roja’

La primicia de hoy, horas antes del crucial partido contra Honduras, es la carta que Su Majestad el Rey Don Juan Carlos ha hecho llegar a la concentración de la selección española. A través de una filtración (probablemente algún jugador francés pasaba por allí) ha llegado a este humilde apartamento de Via Moretta (Turín: territorio enemigo). La comparto con vosotros.

Queridos jugadores de la Selección Nacional:

En nombre de la Casa Real quiero transmitiros mis mejores deseos para el partido de hoy (bueno y para el de Chile, así no tengo que escribir otra carta). Quiero que sepáis que contáis con todo mi apoyo, con el de la Reina y los Príncipes de Asturias, que han viajado para acompañaros en vuestra aventura.

Dicho esto, quiero que sepáis que vi el partido contra Suiza, qué mala pata jolines. No os preocupéis, son cosas que pasan. España es muy de perder partidos fáciles en los mundiales. Jugad tranquilos, sin presión, sois unos cracks y lo vais a bordar para pasar a octavos. Contáis con el apoyo de 46 millones de españoles (más bien 40 si quitamos todos los nacionalizados que van con otras selecciones, entre ellas Honduras y Chile –no, no hay ningún suizo en España, por qué será). Dentro de esos 40 millones hay 5 millones de parados, con sus respectivas familias pasando penurias, que no tienen otra cosa de qué hablar que no sea del mundial y de vosotros. Luego hay un montonazo (pero muchos, muchos) de funcionarios cabreados por la bajada de sueldo, con los nervios crispados y dispuestos a dar mucho por saco. Lo único que mantiene entretenidos a todos estos es sentarse en el bar con una cerveza (más no, porque no pueden) a ver los partidos de su 'roja', con la esperanza de que lleguéis lejos y nos hagáis sentir orgullosos. Durante noventa minutos, hoy se olvidarán de la situación enfangada, triste y bochornosa de su país. A no ser, claro está, que vosotros se la recordéis cagándola. Porque si no ganáis hoy, es muy probable que ni la posible eliminación de Francia los consuele, y vuestro fracaso implique varios intentos de suicidio, alguna tragedia familiar y una huelga general de órdago.

No voy a ser yo quien os reproche lo que cobráis (jujuju, qué chispa tengo), pero yo trago cada año con el dichoso discurso de Navidad, y alguna que otra vez con la Cumbre Iberoamericana, cosa que no deseo ni a mi peor enemigo. Vosotros sólo le dais patadas a la pelotita, os paseáis por ahí con vuestros coches deportivos, os pegáis unas juergas de padre y señor mío y soltáis tres tonterías en los medios que siempre comienzan con un "bueno, sí ¿no?" para rematarlas luego con alguna obviedad. Por cierto, Iker, te lo digo desde el cariño: ¿Por qué no te callas? Hijo mío es que cada vez que hablas sube el pan, y además tu equipo pierde. Así que no os voy a pedir que en caso de cagarla bien donéis lo que os embolsáis por jugar el mundial a una ONG, pero puede pasar que la escolta se quede dormida en el viaje de regreso, y me han dicho que por Sudáfrica hay mucho ladronzuelo.

Ya en el plano personal, no os pido que ganéis, os pido que destrocéis y humilléis a esos infelices, a ver si cerramos la boca al presidentucho golpista de Honduras. Me da igual si les tenéis que morder, envenenar, pinchar con alfileres o meter a Piqué en su vestuario cuando se estén cambiando (Gerard, con cariño, como si fuera Ibra). Como digo, vosotros tranquilos, sin ninguna presión. Basta con que no la jodáis (más). Os reitero otra vez el apoyo y el cariño de todos los españoles (que son menos de 40 millones, se me olvidaron los nacionalistas) y os recuerdo que del amor al odio hay un paso.

Un afectuoso saludo: S.M. Don Juan Carlos I de España

P.D.: Con tanto tiki-taka estáis mareando mis reales pelotas. Coño, tirad a puerta. Un poquito de mala leche, por favor.

viernes, 18 de junio de 2010

El síndrome de la vuvuzela

Todos los españoles esperábamos el inicio del Mundial de Sudáfrica con la misma fe que un almonteño espera la salida de la Virgen del Rocío. Aunque confiar ciegamente en que España ganará el mundial es el ejercicio de fe más grande jamás visto después del salto al vacío de Indiana Jones en "La última cruzada".

Desde que tengo uso de razón nuestro combinado patrio ha dejado en la memoria colectiva poco más que grandes y dramáticas decepciones. El codazo de Tassotti en el 94, la cantada de Zubizarreta en el 98, Al-Ghandour en 2002 o los últimos coletazos de una Francia vieja a la que subestimamos en 2006. A lo que hay que añadir la tanda de penaltis contra Inglaterra en el 96, el penalti de Raúl al cielo de Brujas contra Francia en 2000 y el ridículo en Portugal 2004.

Y a pesar de todo esto seguimos creyendo en los nuestros, y en 2008, al fin, se alinean los planetas y ganamos la Eurocopa. Pero ojo, que el tiempo distorsiona la historia... Recordamos a una España sublime que pasa por encima del resto como un rodillo. O eso nos cuenta la prensa cuando echa la vista atrás. Sin embargo, ganamos a Suecia con un gol de Villa en el minuto 97, necesitamos la heroica con Grecia para remontar el partido, y llegar a la tanda de penaltis con Italia para pasar de cuartos. No lo describiría precisamente como un camino de rosas. Al menos hasta ahí, porque Rusia fue un regalo en semis, después de la que le había caído en la fase de grupos. No voy a quitarle mérito a ese inolvidable triunfo, pero para ganar la Eurocopa de 2008 hizo falta que coincideran la mejor generación de futbolistas españoles de la historia, un cuadro asequible y suerte, mucha suerte. Y desde luego la historia nos debía una buena dosis de ésta.

Voy a lo que voy. ¿Que España juega como los ángeles? Desde luego. ¿Que somos una de las favoritas? Qué menos, somos campeones de Europa. ¿Que España va a ganar el Mundial? Echa el freno madaleno. Eso es como decir que un torero japonés va a triunfar en Las Ventas: quizá un día suceda, pero es poco probable.

Primer partido y batacazo ante Suiza. Yo nominaría al óscar a Ottmar Hitzfeld por su maravillosa interpretación de José Mourinho. Y también a Del Bosque por su papel de Pep Guardiola en la semifinal de Champions (aunque los actores de reparto suizos dejaban mucho que desear). Que Suiza fuera a salir más cerrada que Ávila no era ningún secreto. Y que esto es un mundial, y por tanto hay que contar con la mala suerte propia del evento, tampoco. Subestimar a los rivales nunca fue una buena idea en esto del fútbol, pero si además se trata de "la roja", es una temeridad imperdonable. Ah, y no estoy en absoluto de acuerdo con nuestro señor seleccionador, que piensa seguir "fiel a su estilo". A veces hay que variar, buscar otros recursos. Si un delantero tira diez penaltis por el mismo sitio, al final llega un portero zorro que le saca la pelota. Y Hitzfeld se la atajó a Vicente.

Quedan dos finales antes de que llegue "lo gordo". Seamos conscientes de nuestras limitaciones: tenemos el "gen de la roja" o de "las piernas que no responden", que se manifiesta en las grandes competiciones; tenemos mala suerte (siempre o casi siempre); y en un mundial hay árbitros malos, equipos revelación y campeones históricos que ya sacaron billete de vuelta para el día después de la final. Y todos esos son los rivales de España en Sudáfrica. Si queremos volver con la cabeza alta, toca luchar contra todos ellos.

Ah bueno, me dejo uno. Yo lo llamo el "síndrome de la vuvuzela". Sí, sí, la trompetita del Mundial. Ya lo vimos en nuestra primera visita a Sudáfrica en la Copa Confederaciones. La roja se atonta -y quien no- con el soniquete. Les pasa como a los murciélagos, que pierden el radar y se estrellan contra las ventanas. Les va mejor jugar entre olés, o pitos, o abucheos. La fuerza de la costumbre...

Eso sí, un servidor sigue creyendo. Tengo 25 años y he visto a un asturiano ganar dos mundiales de Fórmula 1, a "la roja" de basket ganar mundial y olimpiadas, a un mallorquín reventando Wimbledon ante el mejor tenista de la historia y, sin ir más lejos, hoy mismo, a un pívot catalán ganar su segundo anillo de la NBA. Hemos empezado mal, pero... ¡Podemos, coño, podemos!

lunes, 7 de junio de 2010

Acuarela

Una vez pintaste dos flores amarillas
en una acuarela manchada de sol.
Aún recuerdo los ojos rebosando estrellas
bajo la noche límpida;
la brisa apoderándose de todos los silencios;
la cándida inquietud
que suscitaba lo invisible;
la dulce taquicardia
que nacía de evocar lo lejano o lo infinito.
Te recuerdo, pero no te reconozco.
Junto a una locomotora inmóvil y sin humo
yacen mustias dos flores amarillas
pintadas de acuarela,
en un trastero oscuro y olvidado,
rodeadas de imposibles.

sábado, 15 de mayo de 2010

¿Dónde fueron a parar los botes salvavidas?

Europa se hunde. Era grande y bonito el barco, como el Titanic. Lleno de lujo, pero también de pobres soñadores que buscaban hacer fortuna gracias a la travesía, como Di Caprio en la película. Pero ni ricos ni miserables se hicieron la gran pregunta: ¿dónde están los botes salvavidas? Subimos a bordo, alegremente, sin reparar en lo lejana que queda América, y en todos los icebergs que amenazan el trayecto.

Sorpresa: fisura como la catedral de Burgos en la popa. El agua ya le llega al cuello a los infelices que bailan y cantan en el culo de nuestra amada U.E. mientras los privilegiados ocupan los pocos botes salvavidas antes de que se le mojen los zapatos. ¿Algún ingenuo pensaba que sería de otra manera? Permítanme el cordobesismo: "Por favó..." ¿Alguien tenía fe en que triunfase la unión de 27 estados, cada uno de su padre y de su madre, cuando en España existen problemas políticos internos entre comunidades autónomas de apenas veinte años de antigüedad? "Por favó..." ¿Pero queda alguno -no, en serio- que crea todavía en este circo de parlamentos, senados, bancos, tribunales, payasos y fonambulistas? "Por favó..."

Cojan el microscopio y analicen:

-Reino Unido: la gran isla. Nos adherimos a lo que nos interesa. El resto nos la pela. Ya tenemos la Commonwealth...

- Francia: aquí mando yo. Viva la diplomacia. Si os gusta bien, y si no, también. Porque yo lo valgo.

-Alemania: me apunto a todo. Mientras no se le toquen las narices a la gallina de los huevos de oro, todos contentos. Tenemos nuestro bote salvavidas con asientos de cuero y tele de plasma. Y otro bote más por si el primero falla.

-Italia: en cuanto pueda me borro. Nos gustaba todo más antes. Esperábamos ansiosos este momento. Es más, todos tenemos guardadas liras debajo del colchón para cuando el euro se vaya a la mierda.

-Grecia: doctor, no nos dolerá, ¿verdad? Nadie nos hacía caso hasta que el camarote se llenó de agua. Por la cuenta que os trae, achicad, achicad...

-Portugal y demás economías mediterráneas que a nadie le importan (véanse Chipre, Malta o Rumanía): como abra otro agujerito me los llevo a todos conmigo. Haberlo pensado antes de dejarnos subir a bordo.

-Centroeuropa: lo que diga la rubia. O sea, Alemania. Nada que decir, mamá nos cuida.

-Repúblicas ex-soviéticas: era esto o algo peor, así que aquí estoy. Esto de Europa nos suena a chino, pero el ruso nos suena alto y claro, sobre todo cuando nos dan por la popa... No, en serio, ¿de qué va esto?

-España: me jugué dinero prestado al blackjack y perdí. Pero no pasa nada, le pedimos prestado a otro y así lo devolvemos. ¿O nos lo jugamos también? ¡Porque "we love Europe"! ¡Viva la Unión! Aunque nosotros seamos 17 comunidades autónomas...

Este es el verdadero panorama, un ente político y económico que no se sostiene. Quizá si el barco lo hubieran hecho en los Astilleros de Cádiz...

jueves, 13 de mayo de 2010

Qué sé yo

Qué sé yo de las palabras adecuadas,
qué sé yo de los mitos o la lluvia,
qué sé yo de la música o de los cuerpos,
qué sé yo de las rosas o los días,
qué sé yo del tiempo.

Quiero imaginar amaneceres
en playas ignotas y desnudas,
y pintarlos, y pintarme dentro,
como cuando era un niño.

Qué sé yo del amor o de los ríos,
qué sé yo del polvo o las estrellas.
Qué sé yo de las palabras adecuadas,
qué sé yo de vivir...
Si sólo soy un niño.

martes, 4 de mayo de 2010

Otro año que pasa

La cima es el suelo.
La calle es un enjambre de paraguas bocarriba.
Mira hacia abajo. Todo es una gran mentira.
¿Viste que el mundo es un engaño
de espejos inmóviles, y que el norte y el sur
son flechas que señalan a ninguna parte?
¿Viste? La gente se agarra al mundo.
Mira hacia abajo. Los edificios son
estalactitas de vidrio y cemento.
¿Viste qué gran truco de Dios?
Otro año que pasa. Aún estamos
sólo un poco más cansados.
Pero ya empezamos a intuir
la gran caída libre.
La cima es el suelo.
A todos algún día nos fallan las fuerzas,
o damos un traspiés,
y precipitamos hacia las estrellas.

jueves, 29 de abril de 2010

La espera

Un día sale el sol
y todas las carrocerías
de todos los coches
se pintan de rascacielos bocabajo.
Uno espera.
Espera tanto, tanto...
se adormece con las notas de un piano.
Y se despierta. Sol. Destelllos metálicos
y ruido de acelerones y frenazos,
y coches pintados de cielo.
Chasquea los dedos: ya cambió
-ya no tiene sentido aquella espera-.
Ya cambió. Ya se zambulló de lleno
en el caos de ser alguien.

Un día viene nublado.
Lluvia. Tintineos metálicos,
silencio afuera y uno se adormece
con las gotas de un piano. Notas
acuáticas del cielo.
Los coches siempre fueron rojos,
o azules, o blancos, o negros, o grises,
o a cuadros escoceses.
Uno espera.
Espera tanto, tanto
de la vida... que se duerme,
y corre el riesgo de que no haya nada,
nada, ahí fuera para cuando despierte.

sábado, 27 de marzo de 2010

Milán

Nuevas tapas, viejos tacones
para realzar aún más sus piernas quebradizas.
Se contoneaba por una pasarela de sueños,
despertó en un burdel, cansada, desnuda
y sola.

Se rompió, como vidrio de aquella mesita
con restos de polvo blanco.
Ni las oscuras lentes de sus gafas de diseño,
ni el maquillaje de marca -obsequios
de algún sucio vendedor de quimeras-
camuflan ya las negras ojeras
que de flashes y lágrimas lleva tatuadas.

Nuevas tapas, viejos tacones
para una ciudad donde el éxito
y el fracaso
se cruzan desfilando
en mitad de una delgada pasarela.

Cada horizonte

Cada horizonte que atravieso
deja algo más en mí
que una huella en el seso.
Una puerta se abre
y un nuevo olor se viene a los pulmones;
una nueva luz contrae las pupilas;
una confusa cantinela de nuevos sonidos
invade los oídos; el cerebro respira...

Cada horizonte que atravieso
es una nueva ciudad, un murmullo diverso,
una tez que da otro tono más a la gama
de mis experiencias, un tacto desconocido,
un universo cromático de iris inexplorados.

Cada horizonte que atravieso
roba un ladrillo al tiempo
y edifica la memoria.
Cada horizonte que atravieso
no me cambia: me construye.

martes, 2 de marzo de 2010

Verso

En un verso caben tantas pasiones
como adioses en una despedida.
Cada verso es un pedazo de mí que muere.
Y así, verso a verso, voy muriendo...

Tiempo

No es el tiempo que pasa:
es la flor que se marchita.

No es la llama que se extingue:
es la vela que se consume.

No es el amor que muere:
somos nosotros que nos desvanecemos.

Hoy me acerqué a tus costas

Hoy me acerqué a tus costas
y vi mil barcos encallados en tus ojos.
Me senté en la proa a contemplar tu ocaso.
Icé las velas y partí con la noche
para no volver nunca.
Las aguas más azules
son traicioneras.
Los mares más bellos
se tragan a los hombres.

Me has robado los sueños

Me has robado los sueños,
esos que receloso guardaba junto al pecho,
dejando en su lugar una tirita y agua oxigenada.
¿Acaso sabes tú cómo curar las noches moribundas?

Me has quitado los sueños,
¿Y cómo lleno ahora esta casa, tan vacía,
tan llena de espejos y fantasmas?

Me has dejado alicatando el baño
con afiladas lágrimas de cerámica azul,
pintando las paredes con los dedos,
echando serrín al suelo
para secar los charcos que han creado
las goteras de tu desprecio.

Me has robado los sueños
y ahora me toca amueblar
de crudas realidades esta casa,
reconstruirme el alma
desde los cimientos.

Me has robado los sueños,
y no sé si debo odiarte,
o agradecértelo.

Perdónenme

Perdónenme
la falta de talento,
la simplicidad en el verso
y en el alma.

Perdónenme
la cobardía, los sueños,
y todas las aspiraciones
que guardo en un cajón
lleno de nada.

Perdónenme
el haber querido ganar siempre,
el no saber encajar una derrota,
la soberbia que derrocho
y el miedo que me aflige.

Perdónenme
por haberme equivocado tanto,
y por haber acertado algunas tristes veces.

Perdónenme
por haberme creído libre,
más de lo que jamás lo fue ninguno.

Perdónenme
por haberme perdido en un mundo
que no existe, en una vida que no existe,
en un hombre que no existe.

Perdónenme
por haber querido ser alguien
y resultar no ser nada, ni nadie,
ni siquiera yo mismo.

viernes, 19 de febrero de 2010

He hablado tanto

He hablado tanto,
a veces demasiado.
Y las palabras atan
-antes de hablar no lo sabía-
e igual liberan
-por eso sigo hablando-
a aquel que pone
el corazón en ellas.
Y las palabras dan
al justo la razón
o la arrebatan, justamente,
a aquel que de razón carece.

He hablado tanto,
a veces demasiado.
Hay quien quiso escuchar,
y yo lo aprecio.
Hay quien prefiere ignorar,
y no lo culpo.
Hay quien no pudo oír,
por eso me repito.
Hay quien viene a conversar,
y a ese llamo amigo.

He hablado tanto,
a veces demasiado.
Y las palabras atan o liberan,
dan la razón o la arrebatan
e igual hieren que consuelan.
Pero el silencio...
¡Es el silencio que mata!

miércoles, 17 de febrero de 2010

Versos vacíos

Vuelven los versos vacíos
a hacer nudos de corbata
en mi cabeza.
Aquí me encuentro,
con la borla de una cometa
sin cuerda entre las manos.
Echa a volar una palabra,
y otra, y otra, y otra.
Ingratas partes de mí
que de mí escapan.
Aquí estoy, solo
una vez más,
mirando fotos viejas,
mordiéndome las uñas,
escribiendo versos vacíos
por no dejar en blanco
una página más
de la insulsa biografía
de mis pasiones.

miércoles, 10 de febrero de 2010

De barberos y periódicos

Una de las cosas que me gusta de esta contradictoria Italia es ir al barbero. Sí, el barbero, ya saben, esa figura que está desapareciendo en nuestra España para ser sustituida por peluqueros unisex creativos y amanerados o por grandes franquicias que te cobran un variable según lo que te muevas o las veces que respires. No pretendo ponerme carca, ni ñoño, ni siquiera nostálgico, pero estarán conmigo en que tenía su encanto aquello de sentarse a esperar (no se admiten reservas) rodeado de ancianos con olor a puro que discuten de política y de fútbol de forma sana y apasionada mientras el barbero cambia la cuchilla de su navaja. Si miran en el poyo de la ventana u ocasionalmente en una mesita auxilar en la esquina de la sala, encontrarán los periódicos del día. No señoras, no hay prensa amarilla, o rosa, o como quieran llamarla. En la barbería se lee el periódico.

Entro, saludo a Giorgio que me responde navaja en mano con un clásico "come va? tutto bene?", cuelgo el abrigo y me siento a leer La Reppublica o La Stampa a elección del caballero que me precedía en la espera. Esta vez tocó el primero. ¡Ahí va, España en portada! "Spagna rischia più della Grecia". Olé ahí, los primeros en algo. En paro y en deuda pública. Casi nada... Al fin lo hemos conseguido, somos portada en todos los diarios internacionales y traemos a la UE de cabeza. ¿Ahora qué, listillos? ¿No era que España no tenía peso en la comunidad internacional? Pues toma dolores de cabeza que le estamos dando al Banco Central. Y eso que todavía el IBEX no había dicho "aquí estoy yo, cuidadito conmigo que os tengo una sorpresita...."

En páginas interiores encontramos un gráfico ilustrativo que me hizo reír más que las viñetas de Ibáñez. Para los torpes, comparación entre Grecia, España, Lituania y Estonia. Ahí, entre gigantes de la economía mundial. Uy, los últimos en crecimiento. Vaya, los primeros en desocupación. Menos mal, los primeros también en población. Y aquí viene el chiste: previsión para 2010, más recesión y más paro (sólo para España ojo, las otras CRECEN); previsión para 2011, "sin datos". Qué injusticia. O sea, que Grecia, Lituania y Estonia tienen previsiones y a nosotros ni eso. Estos periodistas cachondos... Puestos a mofarse podían haber cambiado el soso "sin datos" por un "sorpresa, sorpresa", o un "jodidilla", o un "se van a cagar", o un "no nos atrevemos, estos españoles son capaces de superar todas las previsiones". Bueno, como bien nos dicen nuestras madres, "no te creas todo lo que dicen los periódicos", y menos los italianos (esto es de cosecha propia). No se alarmen, la fuente de la noticia es un tal "Financial Times", con ese nombre qué va a saber, igual escribe hasta en inglés y el único traductor que había estaba de copas. Esas cosas pasan...

¿Y los griegos? ¿Qué van de guays? ¿Con la de escándalos que tenéis y nos venís a pasar un plan de contención del gasto público por las narices? Desde luego, qué poca personalidad, qué poco talante. "Uy uy uy que en la UE están mosqueadillos con nosotros, habrá que hacer algo ¿no?" ¡Pues no! Rajados comemusaka... Aprended algo de nosotros, ¡aprended a no hacer nada, joder! ¿Qué ha sido de la solidaridad mediterránea? Pero si no es tan difícil, se trata de cruzarse de brazos y verlas venir. Tanta medida, tanta medida... Si hubiesen esperado un par de días los hubiésemos invitado al Congreso de los Diputados (el nuestro), que al parecer había un seminario titulado "¡Ay, que tomo una medida! Que no, tonto...". En fin, el mundo se ha vuelto loco, hasta los griegos, esas gentes tranquilas y entrañables que siempre están ahí para consolarnos cuando vamos de culo, ahora se preocupan por nimiedades como esta.

Llegó mi turno. Justo cuando ahora que llegaba a la sección de deportes. "¿Cómo lo quieres, cortito?" Mejor déjalo como está, Giorgio, que ya se me caerá el pelo cuando vuelva a España...

domingo, 7 de febrero de 2010

Trolleys, crisis y otros cuentos

Se acerca mi sexto mes de "exilio", "búsqueda", "pausa", "prórroga", "aventurilla internacional" o como quieran llamarlo los que bien me conocen. Quizá ha llegado el momento de hacer un primer balance, que no definitivo, de mi "lo que sea", llamémoslo de aquí en adelante "estancia en Italia".

Me siento tentado a contar al detalle todas y cada una de las anécdotas, hazañas, paridas y cagadas que han llovido -o nevado- desde el mes de septiembre. Pero mejor será no aburrir a nadie e ir al grano. "Te cambia la vida", dicen los entusiastas; "Te abre la mente", dicen los progresistas; "Te cambia la visión del mundo", dicen los miopes; o "No veas las fiestas, qué 'pechá' de reir, de beber y de f...", que dice la gran masa ilustrada que campa por nuestras universidades. Y sí, dejando a un lado las circunstancias particulares de cada cual (que ya se sabe, no hay dos iguales, aunque muchos se parecen bastantillo), todos llevan razón. Sin embargo, como yo soy yo y mis circunstancias -y este es mi blog, faltaba más-, no me sale de los 'cachis' dejar aquí esta parrafada sin hacer una reflexión subjetiva (rara) y parcial (de mis partes) sobre lo que he aprendido/comprendido tras seis meses en la fría Turín. La buena noticia es que lo pienso hacer contando un solo momento de los vividos hasta la fecha, una pequeña conversación sobre trolleys, crisis y otros cuentos.

Cuatro europeos en un bar de Milán (y no es un chiste), cada uno de su padre y de su madre, con su profesión o sus estudios, dos que se van, uno que se queda -de momento- y otro que siempre ha estado aquí. "¿Cómo te mueves por tu ciudad?" preguntó el último. "En bus, en tranvía o en trolley", contestó uno de los que partía. "¿Qué leches es un trolley?" -esto lo pregunté yo, obviamente-. "Una maleta con ruedas", replicó la parte italiana del asunto. "No, no, no... es un medio de transporte", aseguró aquella chica con su acento marcadamente extranjero. "¿Y en qué consiste si no es mucho preguntar?", dije. Entre gestos explicativos poco clarificadores ella contestó: "Es una cosa que va...". Seguramente la muchacha tenía pensada una bonita continuación pero le falló el idioma, y cuando lo intentó con el inglés ya era tarde, el descojone estaba servido. "Camarera póngame un trolley, pero que venga solo", "yo también quiero ser un trolley", "no veas la hostia que me di el otro día con un trolley" y un largo etc. de cachondeos que acabó con los tres llorando de la risa mientras la cuarta parte, ajena a todo el asunto del trolley, hablaba por teléfono en su lengua materna.

No cabía otra que buscar en Wikipedia... Y ¡Zas! En toda la boca...
"A trolleybus (also known as trolley coach, trackless trolley, trackless tram or trolley) is an electric bus that draws its electricity from overhead wires (generally suspended from roadside posts) using spring-loaded trolley poles". Y con fotito y todo...

¿Y qué tiene que ver todo esto con el propósito de este artículo? Muy sencillo: para aprender, primero hay que reconocer la propia ignorancia. Cuando veo a las masas de españoles moviéndose en manada (ojo, sin ofender, lo digo por el número), hablando nuestro querido castellano por cada rincón de la ciudad y en cada ángulo de todas las facultades, felices en su círculo perfecto vallado con una barrera cultural e idiomática insalvable, me pregunto cuántos "trolleys" se habrán perdido desde que están aquí.

Se habla de crisis, en cada telediario y en cada periódico. También aquí, aunque nosotros -españoles- desacreditamos todas las informaciones, ya que nuestro sistema es, sin duda, mucho más plural y objetivo. Qué digo... ¿Cuántos tenemos siquiera la competencia lingüística para leer un titular de un diario? Crisis, crisis, crisis. Pero nada es culpa nuestra... ¿qué podemos hacer nosotros, 40 milloncillos de nada, frente a una crisis económica a escala mundial? Obviamente lo mejor (o lo más español) es seguir en nuestra infeliz ignorancia y, si alguno viene a tocarnos las naricillas con la globalización, o el G8, o la OTAN, o la ONU, o la Santa Iglesia de Roma, nos echamos a la calle. ¡Quememos contenedores! ¡Hagamos pancartas! ¡Votemos a ZP! (uy, esto se me escapó, omítanlo que no me funciona el 'Delete'). En fin, que nos dejen en paz, que bastante tenemos con la pesada carga de haber descubierto América... Error, craso error. En vez de mandar al listillo de Colón con su arrogancia genovesa teníamos que haber mandado a Chaves, que hubiese vuelto cargado de oro, con una flecha en el culo y gritando "¡Ná, allí no hay ná, el mundo acaba en 'Andasulía'!"

Hace unos días me dí el gustazo de ver en versión original una obra maestra de Tornatore, "La leggenda del pianista sull'oceano". Narra la historia de un pianista portentoso que nació en un barco del que nunca descendió para pisar tierra firme. "Un piano tiene 88 teclas, conozco todas y cada una de ellas, y con ellas puedo tocar toda la música que quiero. Ahí fuera las teclas son infinitas, cómo elegir un camino, una mujer, una casa donde vivir... el mundo es un piano que yo no sé tocar". Y tal vez tenga razón. Tal vez sea un objetivo demasiado ambicioso tocar una sola melodía que suene medianamente acompasada en un teclado tan inmenso como el mundo. Tal vez sea mejor quedarse en casa, con los que hablan nuestra lengua, leen nuestros periódicos y comen cocido con pringá los domingos. El resto del mundo siempre estará ahí, para culparlo de todas las crisis pasadas y de las que vendrán. Más cómodo... y más español. Y que conste que esto lo digo desde el más profundo orgullo patrio y amor a mis raíces, a mi idioma y a mi gente.

A mi regreso alguno me preguntará si cumplí mis objetivos, si respondió a mis expectativas, si encontré lo que buscaba... Probablemente no. Pero ahora sé lo que es un trolley, y sólo por eso, ya mereció la pena.

sábado, 30 de enero de 2010

Nada aporta tu presencia

Nada aporta tu presencia
a esta ciudad inerte y anodina.
No eres la luz que le falta,
no rompes su estridente silencio
con tu andar pesado,
ni calmas el agitado viento
pese al vuelo de tu falda.
No son más grandes las plazas
porque tú las pisas,
tampoco te nota el alboroto
del mercado
si te mezclas en su encanto
de tumulto mudo.
No acristalas las ventanas
de la vieja fábrica
cuando posas la retina
sobre las ajadas vigas,
ni destruyes su sombra
de fantasma industrial
en las aceras.
No es tu abrigo azul
que colorea los autobuses,
ni tus manos que moldean
las estatuas que coronan
todas las glorietas.
No eres tú el horizonte
de las avenidas,
ni el raíl de todos los tranvías
rotos, perdidos.
Nada aporta tu presencia
a esta ciudad que se marchita,
y sin embargo,
cuánto pesa en sus calles
el vacío que has dejado.

lunes, 25 de enero de 2010

Nieva

Nieva, y desde el balcón los copos
son un lejano escuadrón de paracaidistas,
una blanca invasión aérea que se mece
portando consigo un aluvión de miedos
y una pregunta que encontrará respuesta
en las escarchadas copas de los pinos
o en el cálido suelo que, hostil,
espera su momento.

Nieva, y desde el balcón los copos
son los restos de un ángel roto por dentro,
cenizas fractales de un desliz de humanidad,
de grávidas pasiones sin un lugar en el éter
que se desgarran del alma y vienen a morir
en un mágico funeral de hielo al mundo.
Algunos lo contemplan, desde el balcón,
buscando una respuesta.

martes, 19 de enero de 2010

Sueño de vida

Merodea discretamente el amanecer por la ventana,
deja caer su luz infantil y la desliza travieso
a lo largo de la almohada hasta alcanzar el rostro.
Aún adormentado lo sospecho, lo espero
como cada día quince minutos antes que el despertador
anuncie una fecha y narre el titular de la mañana.

El olor a café expreso es casi visible, seguro palpable
-lo atraigo con las manos hacia la nariz y lo retengo
en una profunda bocanada de aire que me llena el pecho-.
Frotándome los ojos alcanzo la cocina, ignoro aquella nota
que yace junto a un bolígrafo azul mordisqueado.
Reacciona el inconsciente con un amago de sonrisa;
sutil e imperceptible se viene una cosquilla
a la comisura izquierda de los labios.

Remuevo el azúcar del café lenta e incesantemente,
en sentido contrario a las agujas del reloj,
como hago siempre, y me pierdo en la vista marítima
que se contempla tras los cristales, en el azul intenso
del agua, en la perfecta cadencia de sus ondas...

Escribo el último verso de un poema inacabado.
Cierro los ojos un segundo. Saltó el despertador:
"Buenos días Turín, veinte de enero de dos mil diez,
las ocho en punto en esta nublada mañana de invierno..."

lunes, 18 de enero de 2010

Arcoíris en el metro

Húmedas entrañas de una ciudad lúgubre,
sórdidos agujeros carentes de humanidad,
amasijo de hierro, cemento y carteles publicitarios,
melancólico acordeón que de viejo desafina,
oscuras venas colapsadas de inviernos,
parroquia donde reza el alma urbana.

Un asiento de madera y metal espera tu llegada.
Lo acaricias, lo vences -nada más frío que tus manos
en un día como este-. Te relajas, respiras al cristal
y escribes en el vaho la letra de una canción
que sólo tú conoces. Tarareas, me sonríes
y comienzas a buscar arcoíris en el metro.