sábado, 15 de mayo de 2010

¿Dónde fueron a parar los botes salvavidas?

Europa se hunde. Era grande y bonito el barco, como el Titanic. Lleno de lujo, pero también de pobres soñadores que buscaban hacer fortuna gracias a la travesía, como Di Caprio en la película. Pero ni ricos ni miserables se hicieron la gran pregunta: ¿dónde están los botes salvavidas? Subimos a bordo, alegremente, sin reparar en lo lejana que queda América, y en todos los icebergs que amenazan el trayecto.

Sorpresa: fisura como la catedral de Burgos en la popa. El agua ya le llega al cuello a los infelices que bailan y cantan en el culo de nuestra amada U.E. mientras los privilegiados ocupan los pocos botes salvavidas antes de que se le mojen los zapatos. ¿Algún ingenuo pensaba que sería de otra manera? Permítanme el cordobesismo: "Por favó..." ¿Alguien tenía fe en que triunfase la unión de 27 estados, cada uno de su padre y de su madre, cuando en España existen problemas políticos internos entre comunidades autónomas de apenas veinte años de antigüedad? "Por favó..." ¿Pero queda alguno -no, en serio- que crea todavía en este circo de parlamentos, senados, bancos, tribunales, payasos y fonambulistas? "Por favó..."

Cojan el microscopio y analicen:

-Reino Unido: la gran isla. Nos adherimos a lo que nos interesa. El resto nos la pela. Ya tenemos la Commonwealth...

- Francia: aquí mando yo. Viva la diplomacia. Si os gusta bien, y si no, también. Porque yo lo valgo.

-Alemania: me apunto a todo. Mientras no se le toquen las narices a la gallina de los huevos de oro, todos contentos. Tenemos nuestro bote salvavidas con asientos de cuero y tele de plasma. Y otro bote más por si el primero falla.

-Italia: en cuanto pueda me borro. Nos gustaba todo más antes. Esperábamos ansiosos este momento. Es más, todos tenemos guardadas liras debajo del colchón para cuando el euro se vaya a la mierda.

-Grecia: doctor, no nos dolerá, ¿verdad? Nadie nos hacía caso hasta que el camarote se llenó de agua. Por la cuenta que os trae, achicad, achicad...

-Portugal y demás economías mediterráneas que a nadie le importan (véanse Chipre, Malta o Rumanía): como abra otro agujerito me los llevo a todos conmigo. Haberlo pensado antes de dejarnos subir a bordo.

-Centroeuropa: lo que diga la rubia. O sea, Alemania. Nada que decir, mamá nos cuida.

-Repúblicas ex-soviéticas: era esto o algo peor, así que aquí estoy. Esto de Europa nos suena a chino, pero el ruso nos suena alto y claro, sobre todo cuando nos dan por la popa... No, en serio, ¿de qué va esto?

-España: me jugué dinero prestado al blackjack y perdí. Pero no pasa nada, le pedimos prestado a otro y así lo devolvemos. ¿O nos lo jugamos también? ¡Porque "we love Europe"! ¡Viva la Unión! Aunque nosotros seamos 17 comunidades autónomas...

Este es el verdadero panorama, un ente político y económico que no se sostiene. Quizá si el barco lo hubieran hecho en los Astilleros de Cádiz...

jueves, 13 de mayo de 2010

Qué sé yo

Qué sé yo de las palabras adecuadas,
qué sé yo de los mitos o la lluvia,
qué sé yo de la música o de los cuerpos,
qué sé yo de las rosas o los días,
qué sé yo del tiempo.

Quiero imaginar amaneceres
en playas ignotas y desnudas,
y pintarlos, y pintarme dentro,
como cuando era un niño.

Qué sé yo del amor o de los ríos,
qué sé yo del polvo o las estrellas.
Qué sé yo de las palabras adecuadas,
qué sé yo de vivir...
Si sólo soy un niño.

martes, 4 de mayo de 2010

Otro año que pasa

La cima es el suelo.
La calle es un enjambre de paraguas bocarriba.
Mira hacia abajo. Todo es una gran mentira.
¿Viste que el mundo es un engaño
de espejos inmóviles, y que el norte y el sur
son flechas que señalan a ninguna parte?
¿Viste? La gente se agarra al mundo.
Mira hacia abajo. Los edificios son
estalactitas de vidrio y cemento.
¿Viste qué gran truco de Dios?
Otro año que pasa. Aún estamos
sólo un poco más cansados.
Pero ya empezamos a intuir
la gran caída libre.
La cima es el suelo.
A todos algún día nos fallan las fuerzas,
o damos un traspiés,
y precipitamos hacia las estrellas.