Ya se acabó el verso azucarado de metáforas luminosas
y artificio de palabras acarameladas.
Ya se acabó la leche condensada en este café arrítmico
de talento descafeinado y coñac barato.
Ya se acabó la galantería dieciochesca, la vena becqueriana,
el estrafalario argumento de la primavera.
Ya se acabó la mentira perfumada que enmascara el hedor
de una verdad podrida y descompuesta.
Ya se acabó el susurro ebrio de traición poética destilada,
el principio de soneto de promesas incumplidas
que no llegó al primer terceto.
Ya se acabó tirar a dar con arcabuz y pólvora mojada,
y con balas blindadas al cielo disparar injurias.
Ya se acabó la tuna, las flores y la correspondencia
con un verso de Neruda en el posdata.
Hoy arriesgo a escribir a pecho descubierto,
a jugarme el resto sin mirar las cartas.
Hoy comienzo a vivir y a amar a tumba abierta.
Hoy tiro de orgullo. Para quien tenga agallas,
la apuesta está sobre la mesa.
m gustaría que el blog tuviese sonido porque este escrito se merece un aplauso.
ResponderEliminarSimplemente escalofriante.
ResponderEliminarGracias Laura y anónimo. Bueno, creo que es un comienzo a esta segunda etapa. Espero que al menos os llegue algo de lo que publico. Un saludo.
ResponderEliminarYo también lo espero.
ResponderEliminarFdo.: tu mayor seguidora desde que te descubrió.
Antonio, pues sí que es buena. Dan ganas de cantarla y eso es que has conseguido la música (aunque no creas en ella tanto como en el fondo, ja, ja...). Una pequeña crítica: el verso dos puede mejorar ("el adjetivo, cuando no da vida, mata", ya sabes). Besos, pequeñi.
ResponderEliminarLaurita marga, tu comentario lejos de animarme me hace preguntarme por qué no has comentado las dos siguientes... acepto sugerencias para "acaramelada" -visto así en solitario la verdad es que me empalaga-. Y no me cites a Vicente que son palabras mayores. Cítame a C***i o a M****o L**a, que las comparaciones son odiosas. Un bacio sorellina dell'anima.
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