jueves, 23 de julio de 2009

A falta de imágenes veraniegas

Había cambiado colores y fotos, había dado esquinazo intencionado al blanco y negro y llenado de calidez estival esta pantalla. Pensaba dar al verano lo que es del verano, fotos de sonrisas y playas llenas, de atardeceres en pueblos que aún no conozco, de amigos compartiendo tiempo y aficiones.

Aunque este trasiego, este ajetreo físico y mental que me lleva y me trae por las avenidas cordobesas -aún no tan vacías como estarán- me ha hecho volver al blanco y negro, a los recuerdos de un año que para mí acabó un treinta de junio, lo cierto es que queda verano todavía. Si la merecida solución de las cosas que han de solucionarse acaba por asomar las orejas (que lo hará), por delante hay un mes que traerá color, y blanco y negro, y prosa, y versos, y recuerdos que preferiré no confesar.

Al menos hasta el catorce de septiembre, cuando termina este año de dos meses y medio, este paréntesis vital, este letargo veraniego, el blog seguirá en escala de grises. Al fin y al cabo, el blanco y negro nunca pasa de moda...

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